martes, 20 de marzo de 2012

Antonio Castillo: «En España hay un reconocimiento legal del lobby, pero no una normativa que regule el acceso a los centros de poder»


Recientemente, Greenpeace consiguió que Nestlé eliminase de las chocolatinas Kit Kat un aceite de palma, un árbol cuya desaparición ponía en riesgo la supervivencia de una especie de mono. Los sindicatos mayoritarios convocan manifestaciones y una huelga general en un intento de que el Gobierno no apruebe la reforma laboral. Son sólo dos ejemplos de la presión que asociaciones y grupos sociales llevan a cabo para defender y conseguir imponer sus intereses. Es el lobby, una práctica muy extendida en nuestra sociedad, aunque en algunos países, como en España, tengamos reparos a la hora de utilizar este término, quizá porque encierra connotaciones negativas. El profesor de Relaciones Públicas y Comunicación Política de la Universidad de Málaga Antonio Castillo lleva 15 años estudiando este fenómeno, hasta el punto de haberse convertido en uno de los mayores expertos del país en esta materia. Ahora publica Lobby y comunicación, bajo el sello de Comunicación Social Ediciones, disponible tanto en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es, como en formato electrónico (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com.

Cuando alguien nos dice soy lobbista,
inmediatamente nos echamos la mano
a la cartera porque pensamos «me va
a robar, me va sobornar».
 
-Una reciente reseña sobre el libro Lobby y comunicación en la revista Questiones Publicitarias apuntaba que, dada la creciente presencia e importancia de los lobbies, «conviene entender su dinámica y funcionamiento». ¿Es lo que ha pretendido con este libro: explicar la dinámica y  funcionamiento de estos grupos de presión?
-Sí, uno de los objetivos es explicar cómo funcionan, tanto internamente como externamente, y eliminar los estereotipos que hay sobre los lobbies y sobre la palabra, porque parece que se refiere a organizaciones que trabajan bajo formas de corrupción.

-En ciertos países, como Estados Unidos, son organizaciones institucionalizadas. Sin embargo, parece que en España son algo oculto, que tiene mala prensa.
-En España sí que están institucionalizados, incluso están en la Constitución, pero no con la palabra lobby. El artículo 7 habla de los sindicatos como órganos de representación de los trabajadores. También hay artículos que hablan de las asociaciones de empresarios y de su capacidad para organizarse y representar sus intereses. O de las asociaciones de consumidores, que representan los intereses de los consumidores. Y hay muchas más. De facto hay un reconocimiento, legalmente está reconocida la representación de los intereses, pero no hay una normativa específica que regule el acceso de los lobbies a las instancias gubernamentales y legislativas.

-¿Cuál es la situación en América Latina?
-Como en cualquier sociedad organizada, allí también existen lobbies. Un lobby no es más ni menos que una sociedad que defiende los intereses de las personas. Es la fase inicial del lobby: una organización de tipo social. El lobby está relacionado con el grado de desarrollo asociativo de una sociedad. ¿Qué ocurre? En aquellos países socialmente no tan desarrollados, obligatoriamente el desarrollo de los lobbies puede ser menor, es decir, que sólo estén desarrollados determinados intereses, como los de los empresarios o los trabajadores, pero no tanto otros, como los de los consumidores o los usuarios de determinados servicios.

Una fuente de reclutamiento de lobbistas
son la Administración o el parlamento,
porque son gente que conoce cómo
funciona el sistema y tiene los contactos

    
-Puede poner algún ejemplo de acciones recientes de lobby, para hacernos idea de su labor.
-Este mismo domingo, las manifestaciones de los sindicatos y la huelga general convocada para el 29 de marzo. Son manifestaciones de un sindicato frente a los poderes públicos, que han adoptado una decisión que, según los sindicatos, son contrarias a los intereses de los trabajadores. Tanto los trabajadores como los empresarios intentan que la reforma laboral sea lo más favorable posible a sus intereses. Hace también poco tiempo, Greenpeace, un lobby que defiende intereses a favor del medio ambiente, hizo una campaña de lobby a través de internet para denunciar a la empresa Nestlé y la utilización en la elaboración de las chocolatinas Kit Kat de un aceite de palma que provenía de un tipo de árbol que era específico de una raza de monos. La organización  consideraba que eliminar esos árboles suponía eliminar el ecosistema de esos simios, e hizo toda una campaña de presión en internet para que los ciudadanos le pidieran a Nestlé que dejase de utilizar ese aceite de palma. Al final, Nestlé comunicó que dejaba de producir los Kit Kat con ese producto. Ejemplos permanentes los tenemos cada día, y basta con echar una mirada a los medios de comunicación para ver que permanentemente cualquier asociación, ya sea un banco o una asociación de consumidores o ciudadanos, intenta defender sus intereses.

-¿Qué profesionales ejercen el lobby?
-Normalmente se les suele llamar lobbistas en aquellos países donde están reconocidos, como puede ser Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido. En España normalmente uno no se define como lobbista, entre otras cosas, porque hay pocas empresas que se definan como lobbies y que se dediquen a influir sobre las decisiones políticas. Los lobbistas suelen trabajar bajo el amparo y la norma jurídica de bufetes de abogados, gabinetes de comunicación y cualquier otro tipo de organización. A veces son expertos en comunicación o en derecho. Cuando alguien nos dice soy lobbista, inmediatamente nos echamos la mano a la cartera porque pensamos «me va a robar, me va sobornar». Por poner un ejemplo, una de las empresas implicadas en el caso de corrupción protagonizado por Iñaki Urdangarín es una empresa valenciana que se llama Lobby Comunicación. Las grandes organizaciones lo que hacen es tener internamente su propio personal que lleva la gestión con los gobernantes.

La comunicación organizacional
es el ámbito de la comunicación
donde más puestos de trabajo
se están generando

-¿Qué cualidades exige el trabajo del lobby?
-Las personas que se dedican al lobby no suelen ser personas jóvenes, sino por encima de los 40 años. Porque una característica que debe tener el lobbista es conocer todo el proceso político sobre el que quiere actuar, saber cómo funciona el parlamento y el gobierno y también cómo tiene que decir las cosas, qué puede decir, cuánto se puede enfadar y hasta dónde para no romper las negociaciones... Otro aspecto esencial es tener acceso a quien tiene que tomar la decisión. Hemos visto cómo se ha generado la polémica por la contratación de la ex ministra de Economía, Elena Salgado, como consejera de una empresa española en América Latina. Es una manera de contratar a una persona que va a tener un mejor acceso a esos gobiernos con los que esa empresa se va a relacionar en América Latina. Una fuente de reclutamiento de personas que trabajan como lobbistas son gente que ha trabajado en la Administración o en el parlamento, porque conocen cómo funciona el sistema y tienen los contactos.
Lobby y comunicación. El lobbying como estrategia comunicativa
Las grandes organizaciones
tienen su propio personal
que lleva la gestión
con los gobernantes 



-No hay apenas bibliografía en español sobre el lobby, ¿fue lo que le llevó a escribir este libro?
-Yo empecé a estudiar todas las cuestiones relacionadas con el lobby a mediados de los años 90. Tanto en mi formación universitaria como en mi tesis doctoral ya estudié cómo los lobbies recurren a los medios de comunicación para tener presencia mediática y política y a partir de ahí defender sus intereses. Hace más de 15 años comencé a trabajar en este aspecto, que entonces no estaba nada extendido, pero que hoy en día cada vez es más importante y yo aventuro que cada vez tendrá mayor significación.

-Y puede que cada vez esté mejor visto, ¿no?
-Entre otras razones, aquí ha habido iniciativas para intentar regularlo, porque también es cierto que normalmente la intención de las personas que trabajan como lobbistas no es hacerlo de manera oculta, sino que se les reconozca como tales y ejercer su trabajo. En Estados Unidos, donde está regulado, sencillamente te inscribes como lobbista en el parlamento, tienes que rellenar una serie de informaciones (a qué organización representas, qué intereses defiendes...) y adquieres la obligación de decir con quién te has reunido, para qué temáticas... También tienes que informar de cómo te financias. Aquí en Europa está regulado el lobby y el acceso de los lobbistas al Parlamento Europeo de forma muy parecida a Estados Unidos. En España, sin embargo, se ha intentado regular en algún momento, pero nunca se ha hecho una propuesta específica. Sí que es cierto que en el Congreso de los Diputados las diferentes comisiones tienen sus sesiones informativas para llamar a colectivos sociales para que participen en la elaboración de una ley. Cuando se hizo la Ley de tráfico se convocó a asociaciones de automovilistas para que dieran su opinión; sencillamente son lobbies que representan a automovilistas.

-¿Pero te tienen que llamar para participar?
-También pueden tener la iniciativa de proponer algún tipo de ley para que se puedan defender mejor sus intereses. Las ONG medioambientales están propugnando que se modifique la normativa medioambiental y hacen propuestas por iniciativa propia. Nadie las ha llamado. Otra estrategia fue la del colectivo de gais y lesbianas. Cuando se estaba debatiendo el proyecto de ley de matrimonio homosexual,  consiguieron que un partido político, el PSOE, incluyese sus demandas dentro de su programa electoral. Cuando el PSOE llegó al gobierno, aprobó la ley. Quien pasa a defender la ley no son los colectivos, sino el propio gobierno que la hace suya.

-¿Cómo funcionan los lobbies en Iberoamérica?
-No están regulados. Sí que hay un cierto reconocimiento en la medida en que las asociaciones de tipo social tienen capacidad de negociación y de promover iniciativas lo mismo que en Europa y en España. Pero suelen estar más desarrollados aquellos lobbies con mayor tradición histórica, como las asociaciones de trabajadores o empresarios. Sin embargo, el poder de las de tipo social, como las de consumidores u ONG, es más débil, porque están peor organizadas, al contar con menos recursos económicos, menor capacidad para movilizar a las personas, etcétera.

Profesor de Relaciones Públicas
-Usted no sólo ha investigado en el terreno del lobby, sino en el de la comunicación organizacional en general. De hecho es presidente de la Asociación de Investigadores en Relaciones Públicas y es director del Instituto de Investigación en Relaciones Públicas. Frente al periodismo, un ámbito de comunicación en retroceso, ya se ha hecho eco de lo que apuntan todos los estudios: el crecimiento de la comunicación organizacional.
-Desde hace ya varias décadas, desde los años 80, se ha producido un incremento de la comunicación en cualquier tipo de organización, ya sea de empresas, organizaciones sindicales, de tipo social, partidos políticos... En España el mayor gabinete de comunicación que hay, y que se creó en 1977, es la Secretaría de Estado de Comunicación, tuvo claro que comunicar y saber comunicar las cosas es absolutamente esencial. En 1986 entramos en la Unión Europea, y eso hace que empresas españolas tengan que competir con empresas europeas que vienen a nuestro entorno y les obliga a desarrollar mayor número de estrategias comunicativas. Se incrementa la demanda de empresas de comunicación, un fenómeno que se acelera en 1992 con los Juegos Olímpicos, Madrid Capital Europea de la Cultura y la Expo de Sevilla. El incremento en España ha sido progresivo, ¿qué ocurre? Vemos que a lo largo del tiempo la reducción en el ámbito del periodismo es brutal, desde el punto de vista laboral, mientras que el aumento progresivo de la comunicación organizacional se ha mantenido e, incluso, se ha incrementado a lo largo de los años. Hoy en día es el ámbito de la comunicación donde más puestos de trabajo se están generando. Pero hay una lucha desde el punto de vista de la capacitación. Viendo los planes de estudios, una persona de Publicidad y Relaciones Públicas sale mejor preparada que una de Periodismo.

-¿Hay diferencias regionales con respecto al desarrollo de las Relaciones Públicas en nuestro ámbito cultural iberoamericano?
-El ámbito iberoamericano es muy complejo y diverso. Depende de cada país. Brasil es donde, hoy en día, hay mayor presencia de comunicadores en organizaciones y en empresas y mayor capacitación del personal, puesto que hay un tejido empresarial potente que los demanda y una importante red de universidades que capacitan, y asociaciones y empresas que trabajan en este ámbito. También en Argentina; México, por la cercanía con Estados Unidos; y también está creciendo bastante en Chile. Va muy relacionado con el propio desarrollo económico del país y las nuevas demandas que se van produciendo.

-¿Qué tipo de sinergias y convergencias se pueden establecer entre los diferentes países para el desarrollo de la disciplina?
-Normalmente cuando se habla de relaciones públicas y comunicación organizacional, institucional, corporativa o empresarial, las demandas van a ser muy semejantes en los diferentes países. Una empresa en Brasil me va a contratar para que le lleve toda la campaña de comunicación, y será exactamente igual que lo que yo haga en Argentina, en México o en cualquier país. Únicamente dependerá de si me interesa hacer o no una campaña en las redes sociales por el grado de la penetración en internet o el grado de uso de determinados colectivos. Prácticamente es lo mismo. Luego hay unos países que por su propia singularidad tienen unos aspectos desarrollados o los tienen menos.

En España no se entiende el término
relaciones públicas; se piensa en una
persona guapa y simpática que trabaja
en una discoteca regalando invitaciones

-¿Cómo y en qué materias se tiene que capacitar el comunicador organizacional?
-Hoy en día estamos sufriendo un proceso de reformulación de las capacidades de los profesionales que se ocupan de la comunicación en una organización. Antes, cuando no existía internet, quien tomaba la iniciativa era la propia organización cuando comunicaba algo. Hoy la organización está expuesta a que cualquier persona en cualquier lugar del mundo la pueda criticar, alabar, censurar y decir cualquier cosa de ella, con la capacidad de llegar a miles y millones de personas. Eso supone que, además de saber hacer buenas campañas de comunicación, tengo que conocer qué imagen tiene mi organización y de qué se habla y cómo se habla de ella, por ejemplo, en la red. El perfil de ese profesional es que sea un buen investigador. Tiene que tener claro quiénes son los públicos (stakeholders) que se relacionan con mi organización y, a partir de sus características, establecer la manera de relacionarse con esos públicos. A raíz de saber lo que nuestros públicos piensan de nuestra organización, nosotros podemos cambiar nuestra manera de ser y comportarnos, porque puede ser que no estemos actuando bien. Y luego pasamos a la parte tradicional, que es planificar una campaña de comunicación y llevarla a la práctica. A su vez, después de implementar todo este tipo de acciones, me debo preguntar: ¿He alcanzado los objetivos que buscaba? Y ahí entramos en la fase de evaluación de consecución de objetivos. Hoy en día, los responsables de comunicación trabajan en tiempo real y están permanentemente escuchando qué se dice de la organización en las redes sociales y, al mismo tiempo, desarrollando estrategias de comunicación.

-Antes hablaba de Iberoamérica, ¿qué profesionales se dedican allí a la comunicación organizacional?
-En Brasil es el único país del mundo que tienen regulado el trabajo de relaciones públicas. Tienen incluso un colegio profesional. En España no se entiende tanto el término relaciones públicas, se piensa en una persona guapa y simpática que trabaja en una discoteca regalando invitaciones. Es un estigma que tenemos, aunque aquí existe la titulación de Publicidad y Relaciones Públicas. ¿Qué ocurre? En muchas ocasiones la gente que lleva la comunicación de una organización es gente que viene del mundo del periodismo; es una de las salidas que existen ahora mismo. Lo que habría que ver es si la gente que estudia Periodismo sale preparada para la comunicación de una empresa.

-¿Quién en su opinión debe ocuparse de la comunicación organizacional?
-Quien salga mejor preparado. Y hoy en día quien mejor sale preparado son las personas que estudian el grado de Publicidad y Relaciones Públicas, porque todavía el grado de Periodismo está muy enfocado a trabajar en medios de comunicación. La preparación del grado de Publicidad y Relaciones Públicas es más específica para trabajar en este tipo de organización. Basta mirar los planes de estudios del grado de Periodismo y del grado de Relaciones Públicas, y vemos de una manera muy diáfana que el que estudia Periodismo tendrá una o dos asignaturas y el de Relaciones Públicas siete u ocho que traten del tema. Antes, y todavía hoy en día, la labor de un gabinete de comunicación era las relaciones con los medios y se contrataba a personas que provenían de Periodismo. Pero hoy las relaciones con los medios se están convirtiendo en una actividad más marginal dentro de la comunicación empresarial. La comunicación se ha ampliado, incluye todo tipo de comunicación externa, las relaciones con la sociedad en general, con el entorno, con los poderes públicos y a través de las redes sociales. Hoy en día, la organización puede comunicarse con los públicos de manera directa, no necesita los medios de comunicación como antes. Luego está la faceta de la comunicación interna, que es un trabajo que puede hacer gente de Relaciones Públicas, aunque también lo hace la que proviene de Recursos Humanos.   

Comunicación Social Ediciones asiste al VII Congreso Internacional de Investigación en Relaciones Publicas de Sevilla


[La editorial prepara una colección sobre relaciones públicas y comunicación organizacional de ámbito iberoamericano]

 

A partir de mañana 21 de marzo y hasta el viernes 23, la Facultad de Comunicación de Sevilla acoge el VII Congreso Internacional de Investigación en RelacionesPúblicas. Expertos, profesores y profesionales conocerán casos concretos de buen uso de la comunicación y aportarán ideas para mejorar la profesión y sus prácticas de cara al futuro. Porque, no cabe duda, la buena gestión de la comunicación redunda en la buena imagen de las compañías y, a la larga, engorda su cuenta de resultados.

El profesional de las relaciones públicas es el encargado de gestionar la comunicación en las organizaciones, quien tiene esa visión global y estratégica para ocuparse de la comunicación interna, la imagen y la reputación corporativa, las relaciones con los medios de comunicación y su presencia en internet y en las redes sociales. Y precisamente se ha convertido en una profesión en auge, un perfil demandado y con salidas laborales frente a otras facetas de la comunicación en retroceso.

La editorial tendrá presencia
con un stand de novedades
y establecerá contactos con
los investigadores de esta materia

Comunicación Social Ediciones va a estar presente en esta importante cita con un stand en el que presentará su oferta editorial en el ámbito de las relaciones públicas y la comunicación organizacional. Pero, sobre todo, aprovechará la participación en el congreso para establecer contactos con los investigadores de este campo. Porque su vocación es estar siempre al día en el ámbito de la comunicación y más en uno de los sectores con mayor proyección.

Precisamente, en ese intento de ofrecer lo último a nuestros lectores, tiene previsto desarrollar una colección de ámbito iberoamericano centrada en el campo de las relaciones públicas y la comunicación organizacional. Un camino que ya ha emprendido con la publicación, dentro de la Colección Periodística, de varios títulos, todos ellos disponibles tanto en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es como en edición electrónica (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com/ :




Del gabinete de prensa al gabinete de comunicación. La dirección de comunicación en la actualidad,
de Ana Almansa
Lobby y comunicación,
de Antonio Castillo

Gabinetes de comunicación on line,
de Berta García Orosa.















jueves, 15 de marzo de 2012

Ana Almansa: «Para que una organización tenga una buena imagen es indispensable que tenga una buena comunicación»


[La profesora de la Universidad de Málaga Ana Almansa publica Del gabinete de prensa al gabinete de comunicación en Comunicación Social Ediciones. Por Marta Frechilla]

La comunicación no es un gasto,
es una inversión; invertir en
comunicación aporta beneficios
a medio y largo plazo

La profesora de Comunicación Política y Gabinetes de Comunicación de la Universidad de Málaga Ana Almansa es partidaria de que sean los licenciados en Publicidad y Relaciones Públicas quienes se ocupen de la gestión de la comunicación en las organizaciones. Son quienes cuentan con esa visión global y estratégica necesaria para responder a todos los frentes comunicativos que existen hoy en día, no sólo limitados a las relaciones con la prensa como en el pasado. También son quienes pueden dotar a las organizaciones de una buena comunicación y, a la larga, de una buena imagen. Sin embargo, piensa que los periodistas, que son quienes mayoritariamente trabajan en los gabinetes de comunicación de las organizaciones, pueden reciclarse para cumplir esta función. Una buena herramienta puede ser su  libro  Del gabinete de prensa al gabinete de comunicación. La dirección de comunicación en la actualidad, que acaba de publicar Comunicación Social Ediciones. El libro puede adquirirse tanto en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es, como en edición electrónica (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com .

-¿Qué ha pretendido con el libro, qué aporta de nuevo y a quién va dirigido?
-Poner un granito de arena en la dignificación de una profesión, la de los gabinetes de comunicación, que es un yacimiento laboral en este momento, que es muy atractiva, pero que tiene bastantes problemas. Actualmente, muchas de las personas que trabajan en los gabinetes de comunicación no tienen la formación que deberían. Lo que pretendo con este libro es orientar a todas esas personas sobre cuáles son los funciones mínimas que deben cumplir. Por otro lado, a cualquier persona que se esté formando, que sea estudiante o investigador, también le puede interesar. El libro presenta la transformación de los gabinetes de comunicación en los últimos tiempos y plantea cuál es la realidad en la actualidad y cuáles son los mínimos que deben cumplir los profesionales que trabajan en los gabinetes.

-¿Salen bien formados los estudiantes de la universidad para trabajar en un gabinete de comunicación?
-Depende de cada facultad, pero, en general, sí salen bien formados. La licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas, que es la que está más generalizada en España y que es la que contiene más asignaturas relacionada con el sector de los Gabinetes de Comunicación, contiene en su programa asignaturas de Gestión de la Comunicación y las herramientas que necesitan en su trabajo. También, asignaturas sobre Dirección de Comunicación. Con la licenciatura, no todas las universidades incluían asignaturas de este tipo. Algunas se limitaban a hablar del Gabinete de Prensa, cuando hoy en día la comunicación en una organización es bastante más amplia, no sólo es gestionar las relaciones con los medios de comunicación, sino con otros muchos públicos que pueden ser tan importantes como los medios de comunicación. Quizá debería haber más asignaturas de Relaciones Públicas, ya que la Comunicación Organizacional es el sector que más está creciendo en cuanto a oportunidades laborales.

Quien tiene la formación más
adecuada para trabajar en un
gabinete de comunicación
son los licenciados en Publicidad
y Relaciones Públicas


-Sin embargo, muchos profesionales que trabajan en gabinetes son periodistas, no relaciones públicas.
-Hay un fenómeno curioso: tradicionalmente el gabinete de prensa se ha asociado más al periodismo. Efectivamente, las relaciones públicas y el periodismo están cercanas y tienen bastante que ver, pero la mayor parte del trabajo que tiene un profesional de la comunicación es de relaciones públicas. En nuestro país se tiene una visión errónea y muy sesgada de las relaciones públicas. Como el periodismo se sabe mejor lo que es, se ha relacionado con él. El problema con que nos hemos encontrado es que muchos que vinculan los gabinetes de comunicación con el periodismo se limitan a satisfacer las necesidades comunicativas de un sector, los medios de comunicación, cuando sólo es una parte, máxime en el momento actual en el que se ha revolucionado el mundo de los medios. Hay nuevos medios que permiten comunicarse directamente con los públicos: redes sociales, blogs, webs...

-Entonces, los estudiantes de Periodismo no están tan bien preparados para esta labor como los de Relaciones Públicas.
-Quien tiene la formación más adecuada para trabajar en un gabinete de comunicación son los licenciados en Publicidad y Relaciones Públicas. Ya existe la formación adecuada para desarrollar la Comunicación Organizacional y se imparte en el grado de Publicidad y Relaciones Públicas. Tenemos que olvidarnos de ese gabinete de prensa que únicamente se relaciona con los medios de comunicación. Es el gran salto que hay que dar y que ya han dado la mayoría de las grandes organizaciones en España. Porque fuera ya lo dieron hace mucho tiempo y no existen los problemas que puede haber aquí. El que tiene la formación más adecuada es el relaciones públicas, que cuenta con esa visión global y estratégica de la Comunicación Organizacional, y sabe gestionar tanto comunicación interna y externa, como cualquier ámbito de la comunicación.

El libro es una buena herramienta
de reciclaje para periodistas,
para dotarles de esa visión global
del comunicador organizacional

-Cómo puede reciclarse para trabajar en gabinetes de comunicación un periodista que estudió cuando los gabinetes de comunicación no existían tal como los conocemos hoy, cuando internet y los nuevos medios eran ciencia ficción.
-Cualquier persona necesita un reciclaje y una actualización, es indispensable. Y más en los tiempos que corren, cuando los cambios son tan rápidos: las herramientas que tenemos hoy, mañana se ven modificadas por una nueva. Cualquier comunicador necesita estar preparado, sea licenciado en comunicación audiovisual, periodista o relaciones públicas. Los periodistas que han acabado trabajando en un gabinete de comunicación, y que necesitan completar esa visión estratégica que debe tener el comunicador organizacional, cuentan con múltiples cursos, máster relacionados con el tema,  congresos, seminarios, formación de posgrado... También, por supuesto, pueden recurrir a la lectura de libros, como el del que estamos hablando, que le ayuden a tener esa visión global, entender mejor qué es la comunicación y ver qué frentes tiene abiertos.

-¿Este libro puede ser una buena herramienta de reciclaje?
-Por supuesto. El libro refleja  cómo hoy las necesidades que tiene una organización son mucho mayores que cuando surgió el fenómeno, en los años 60 y los años 70 con lo que fueron los padres de los actuales gabinetes de comunicación. Hoy se necesita tener esa visión global de la comunicación porque hay que responder a muchas necesidades que han surgido, en un momento en el que la comunicación es un valor en alza. En ese contexto social, las organizaciones tienen la necesidad de relacionarse con todos sus públicos. Ahí es donde radica la importancia de los gabinetes de comunicación.
¿Cómo se puede estructurar un gabinete de comunicación?
¿Qué trabajos tiene que desarrollar?
¿Cómo relacionarse con el resto de departamentos?
¿Con qué recursos cuenta?
¿Con qué herramientas?
A todas esas preguntas responde el libro, que muestra todo el panorama actual, los recursos que se tienen y cuál es el más adecuado para cada momento. Y por ello el libro es de gran utilidad tanto para los que se están formando en Comunicación Organizacional, como para los que ya lo hicimos hace tiempo. Tanto para estudiantes universitarios, como para investigadores y profesionales.

-¿Es partidaria de que los estudios de Relaciones Públicas se impartan como una carrera  independiente de Publicidad?
-En alguna universidad el grado que tienen es Comunicación y Relaciones Públicas, es así como se llama, aunque lo mayoritario ha sido mantener como grado la antigua licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas. De esa forma, esas universidades, que son pocas, siguen las pautas de otros países en los que existe una carrera específica de Relaciones Públicas o una carrera de Comunicación Organizacional. Posiblemente sí ayudaría al ámbito de los gabinetes para que se viera claro cuál es el perfil más adecuado. En la mayoría de las universidades, un 90%, se sigue con Publicidad y Relaciones Públicas, cuando sí que hay personas que relacionan más las Relaciones Públicas con el Periodismo.

-¿Existe intrusismo en la profesión?
-Hay una gran cantidad de personas trabajando en gabinetes de comunicación que son contratados ‘digitales’, a dedo, sin tener en cuenta la formación que tienen. En muchos casos, hay personas que no tienen formación universitaria de ningún tipo. También hay gente que sí la tiene, pero que no tiene nada que ver con Comunicación. Pareciera que de comunicación sabe todo el mundo, cualquiera puede acabar trabajando en un gabinete de comunicación. Les están quitando el trabajo a gente que está muy formada. Es uno de los grandes problemas, e impide que la profesión se consolide de verdad. Y no estoy hablando de los que tienen formación en comunicación, aunque no sea específicamente de Relaciones Públicas.

-¿Hay datos y estudios sobre el intrusismo?
-Es difícil de contabilizar. Sí existen algunos estudios sobre la formación que tienen quienes trabajan en los gabinetes, y se sabe que la mayoría son periodistas, aunque cada vez hay más relaciones públicas. También es verdad que influye el hecho de que no haya corporativismo; casi no hay asociaciones y no existen  colegios profesionales. Lo más parecido son las asociaciones de la prensa provinciales, por ejemplo, la Asociación de la Prensa de Almería, que lucha para que se demanden profesionales con una licenciatura o un grado en Comunicación. También debemos tener en cuenta los esfuerzos de las asociaciones Adecec, Dircom, la Asociación de Investigadores en Relaciones Públicas... Pero queda bastante por hacer. Los profesionales no se unen para luchar por los problemas comunes que hay.

El sueldo medio de un
comunicador organizacional
es de mileurista

-¿Y cuáles son las condiciones laborales de los comunicadores organizacionales?
-Se ha recorrido un largo camino para consolidar la profesión de verdad y se está creando trabajo en el sector también en estos momentos de crisis, pero también las condiciones laborales no han mejorado, más bien todo lo contrario. Y no es culpa de la crisis, ya sucedía antes en momentos de crecimiento económico. El trabajo se ha precarizado: cada vez se están respetando menos los horarios, los sueldos no están en consonancia con el esfuerzo que conlleva ni con la formación que se requiere y las condiciones laborales han empeorado. Hay profesionales que tienen un sueldo enorme y gabinetes con unas condiciones estupendas, es verdad; pero, desgraciadamente, el sueldo medio es de mileurista.

-En el libro comenta que los Gabinetes de Comunicación deben tener estrategias eficaces para mejorar o mantener la imagen de la organización. ¿Realmente las tienen?
-Volvemos al depende. Muchas organizaciones lo tienen muy claro porque la finalidad última de un gabinete de comunicación es proyectar la mejor imagen posible de la organización. Hay departamentos que lo saben muy bien y que hacen todo lo posible por conseguirlo. Pero también hay departamentos que no, que se limitan a las relaciones con los medios de comunicación, olvidándose del resto de los públicos y de lo más importante: la imagen que tenga la organización. Precisamente la imagen va a ser lo que haga que  una organización se diferencie de otras, y para que una organización tenga una buena imagen es indispensable que tenga una buena comunicación. Las grandes organizaciones tienen potentes equipos de comunicación. Pero por desgracia hay organizaciones que no, porque no disponen de recursos ni personal, o porque los recursos que tienen no son los adecuados... También hay que decir que es una labor complicada porque se consigue trabajando bien y durante mucho tiempo. Es un objetivo que se debe marcar a medio y largo plazo.

-Menciona en el libro que una buena inversión en comunicación repercute en una buena imagen pública, ¿las organizaciones son conscientes de ello?
-Las grandes organizaciones y las organizaciones sociales, sí. Si nosotros no hablamos de nosotros mismos, van a ser otros los que lo hagan, la competencia. Y no van a hablar precisamente bien. El silencio no es rentable. Las grandes empresas lo saben y hacen esfuerzos. La pequeñas y medianas, no tanto. Les condiciona la falta de recursos. José Luis Carrascosa, uno de los principales asesores de comunicación, decía que los pequeños empresarios son como nosotros cuando vamos al zoológico: les podemos dar cacahuetes a los monos, pero no nos atrevemos a acercarnos. Eso les pasa a los pequeños empresarios: pueden hacer algún guiño a la comunicación, pero no dan ese paso porque no saben realmente para que les puede servir y las ventajas que les puede reportar.

-Comentaba que las organizaciones sociales, sin embargo, sí lo tienen claro...
-Pese a sus escasos recursos, saben que para dar a conocer su causa necesitan la comunicación. Un ejemplo es Facua, la organización de consumidores. Cada vez que hay un asunto relacionado con consumo, van a preguntarle su opinión. Ha conseguido convertirse en una fuente de referencia. Eso se consigue trabajando la comunicación durante mucho tiempo y haciéndolo bien. Lo mismo ocurre con las asociaciones de empresarios.

Hoy la comunicación en una
organización no sólo es gestionar
las relaciones con los medios
de comunicación, sino con otros
muchos públicos

-El 78% de las compañías españolas cuenta con un Dircom o un Gabinete de Comunicación. ¿Cómo convencería al 22% restante de la necesidad de contar con uno?
-El ejemplo cunde. Cuando una organización gestiona bien su comunicación y obtiene resultados, el de al lado se anima a contar con un departamento de comunicación. ¿Quiénes están haciendo los verdaderos esfuerzos para que las organizaciones contraten un servicio de comunicación? Posiblemente los beneficiarios. Las asesorías de comunicación son las que hacen una labor tremenda para convencer a las organizaciones y que les contraten servicios de comunicación. Es un error, los implicados no deberían ser los que hacen ese esfuerzo, debería partir de las organizaciones profesionales o de la propia universidad.

-¿Se valora la labor del responsable de comunicación, que, según comenta en el libro, debe estar muy próximo a los responsables de las organizaciones y tener rango directivo?
-Sí, aunque haya excepciones. Muchas organizaciones no valoran para nada el trabajo del departamento de comunicación, incluso teniendo uno. Solo hay que ver los organigramas: en vez de estar en el staff directivo, o tener acceso a la información, están en el último escalón del organigrama. Yo me he encontrado con un dircom ubicado en una sala de espera, en el hueco de la escalera o en un pasillo. Lo ideal para poder trabajar bien es estar físicamente cerca de la dirección general, para estar en contacto permanente con quien toma las decisiones y con todos los departamentos de la organización. Debe estar en un lugar estratégico. Debe considerarse, como mínimo, de la misma importancia que otros departamentos, porque sin comunicación no hay buena imagen, y sin buena imagen toda la organización se va a resentir. La comunicación no es un gasto, es una inversión. Y eso es lo que tienen que entender los directivos de algunas organizaciones: invertir en comunicación aporta beneficios a medio y largo plazo. Quien no invierte en comunicación tendrá consecuencias negativas.



jueves, 8 de marzo de 2012

La revista mexicana Comunicación y Sociedad analiza los últimos trabajos de Murciano y Amar Rodríguez

[La publicación de la Universidad de Guadalajara publica sendas reseñas de los libros La prensa y la cooperación internacional y El cine y otras miradas, publicados por Editorial Comunicación Social]



«Los diarios ejercen una influencia
importante e indirecta sobre las
decisiones en cooperación internacional»

La revista Comunicación y Sociedad de la Universidad de Guadalajara (México) ha publicado dos reseñas de sendos libros publicados por la Editorial Comunicación Social: La prensa y la cooperación internacional. Cobertura de la cooperación para el desarrollo en nueve diarios europeos, un estudio dirigido por el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona Marcial Murciano, y El cine y otras miradas. Contribución a la educación y a la cultura audiovisual, escrito por Víctor Manuel Amar Rodríguez, doctor en Historia del Cine por la Universidad de Cádiz y miembro del colectivo de educación y comunicación del Grupo Comunicar. Las reseñas han aparecido en el número 17 de la revista mexicana (primer semestre de 2012) en http://www.comunicacionysociedad.cucsh.udg.mx/  Ambos títulos están disponibles tanto en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es como en eBook en http://www.librosdecomunicacion.com.


Elva Araceli Fabián, de la Universidad del Valle de Atemajac, destaca el esfuerzo del profesor Murciano por dar cuenta de la relación entre la prensa y la cooperación internacional para el desarrollo a partir de la cobertura realizada sobre este asunto en nueve diarios representativos de la Unión Europea: ABC, El País y La Vanguardia, en España; Le Figaro, Le Monde y Libération, en Francia; y The Daily Telegraph, The Guardian y The Times, en Reino Unido. La reseña explica cómo el libro, a través del análisis de la cobertura que hacen estos nueve medios de comunicación, «permite determinar su implantación e influencia nacional e internacional, así como el posterior reconocimiento que la opinión pública adquiere de la cooperación para el desarrollo» a partir de la lectura de las informaciones publicadas sobre el tema.

En sus nueve capítulos, el libro nos explica que la información sobre cooperación para el desarrollo se presenta en los diarios de «manera discontinua y poco profunda». También gracias a él conocemos el modelo de cooperación internacional que establecen cada uno de los tres países. O que «los diarios ejercen una influencia importante e indirecta sobre las decisiones a este respecto, puesto que establecen la agenda informativa nacional y ponen sobre la mesa la pauta periodística a escala global». En Conclusión, Elva Araceli Fabián considera que La prensa y la cooperación internacional. Cobertura de la cooperación para el desarrollo en nueve diarios europeos es un «referente para el estudio sobre la cooperación internacional para el desarrollo», y una aportación muy necesaria ya que, dice, ha sido «un objeto de estudio poco tratado». «Representa una guía que permite comprender diversas problemáticas (sociopolíticas, socioeconómicas, etc.), analizadas desde otros espacios y con renovadas miradas».


«El autor tiende puentes entre dos
campos hasta ahora considerados cada
uno por su parte: el cine y la educación»
En torno a una temática bien diferente gira El cine y otras miradas. Contribución a la educación y a la cultura audiovisual. A lo largo de sus 232 páginas, Víctor Manuel Amar Rodríguez «tiende puentes entre dos campos básicos que nutren esta concepción, pero que regularmente han sido considerados cada uno por su parte: el cine y la educación». Así, aborda la transformación y el devenir de los profesionales de la educación como educadores en un mundo audiovisual. O la necesidad de una educación en medios, pues una alfabetización mediática permite analizar críticamente el cine, así como la posibilidad de expresarse y producir mensajes audiovisuales.

En su reseña, Álvaro A. Fernández Reyes, de la Universidad de Guadalajara (México), habla de la intención del autor de «articular el concepto de cultura, cine y educación junto con otras miradas» en una obra que «no deja de ser una propuesta interesante y el abordaje necesario de un problema urgente». Habla del empleo de citas de grandes genios de la historia con las que Amar Rodríguez «refuerza y da validez a sus argumentos» y pone sobre la mesa «cuestiones y afirmaciones que, al final del camino, nos llevan a pensar de otra manera la cultura en la que vivmos y hemos vivido a lo largo del siglo XX y lo que va del siglo XXI».




martes, 6 de marzo de 2012

'Lobby y comunicación', recomendado por la revista Questiones Publicitarias para conocer el funcionamiento de los grupos de presión

El libro puede adquirirse
tanto en edición papel como
en edición electrónica (eBook).

[El experto en Comunicación Política Antonio Castillo escribe el libro publicado por Editorial Comunicación Social]

Hace años, el término lobby nos resultaba algo ajeno y lejano. Lo asociábamos con otros países, como Estados Unidos, donde es frecuente la intervención de grupos de presión para conseguir arrancar al gobierno de turno una disposición legal o una acción concreta que sirva a sus intereses. Pero su existencia y sus formas de presión son cada vez más habituales en nuestro país, hasta el punto de que están normalizadas. De hecho, se están llevando a cabo normativas y reglamentos para controlar el acceso y las herramientas desarrolladas por estos grupos. De su estudio, habla el libro Lobby y comunicación. El lobbying como estrategia comunicativa, escrito por el profesor de la Universidad de Málaga Antonio Castillo bajo el sello de la Editorial Comunicación Social, que puede adquirirse tanto en edición papel a través de la web http://www.comunicacionsocial.es como en formato electrónico (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com .

El lobby es una disciplina creciente en las actuales sociedades y se ha convertido en una acción muy extendida para aquellas empresas, patronales, sindicatos o asociaciones sociales que tienen el propósito de conseguir decisiones favorables a sus intereses desde los poderes públicos. Castillo, investigador en el ámbito de la comunicación política e institucional con más de 40 publicaciones en su haber, analiza el lobbying como herramienta comunicativa. El libro resulta muy útil porque describe los mecanismos que permiten a los profesionales del lobby conseguir acceso a los poderes públicos, negociar propuestas públicas y participar en los procesos legislativos y administrativos.

Ahora, Questiones Publicitarias, revista universitaria cuyo objetivo es dar a conocer las investigaciones científicas sobre comunicación y publicidad, se hace eco de la publicación del libro, con una reseña de Lobby y comunicación firmada por Ana Isabel Barragán Romero. En ella destaca la importancia de los grupos de presión en nuestra sociedad, ya que sirven de vehículo de «las demandas sociales y las hacen llegar a los poderes públicos, con el objetivo de que estos tomen decisiones que tengan en cuenta la opinión de los ciudadanos». Dada su creciente presencia e importancia, concluye, «conviene entender su dinámica y funcionamiento». A tal fin sirve este libro, que constituye una «obra fundamental para todo aquel que desea conocer el mundo de los grupos de presión y la comunicación institucional, ya que ofrece una amplia panorámica sobre este fenómeno».

Lea la reseña en Questiones Publicitarias.

Adquiera el libro en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es.

Y en edición electrónica (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com.

jueves, 1 de marzo de 2012

Susana Torrado: "Internet ha democratizado el acceso de artistas y autores a los medios de comunicación"

[La profesora de Periodismo Audiovisual presenta Yo, mi, me, conmigo. El triunfo de la Generation Me, publicado por  Comunicación Social]
Por Marta Frechilla



La profesora Jean M. Twenge y otros colegas de la Universidad de San Diego realizaron un sondeo entre estudiantes para conocer los cambios de actitudes que las redes sociales habían provocado en los jóvenes. El 57% contestó que éstos utilizaban facebook, twitter y demás plataformas para la autopromoción y para llamar la atención de los demás. Comenzó a hablarse de un cambio: de la Generación X a la Generación Me, con un discurso en torno al Yo y con actitudes narcisistas. El fenómeno fue el tema central de unas jornadas celebradas en abril de 2011 en la Universidad de Murcia bajo la organización del Grupo de Comunicación, Discurso y Tecnologías (Coditec). Las colaboraciones de profesionales de mundos tan diversos como la televisión, el cine, el periodismo taurino o el estudio del discurso comunicativo han quedado recogidas en el libro Yo, mi, me, conmigo. El triunfo de la Generation Me en los discursos comunicacionales, publicado por la Editorial Comunicación Social. Ahora lo presenta la profesora de Periodismo Audiovisual Susana Torrado, una de las coordinadoras del trabajo junto con el cineasta y escritor Gabri Ródenas y el profesor de Narrativa Cinematográfica José Gabriel Ferreras. El libro puede adquirirse tanto en edición papel en http://www.comunicacionsocial.es como en edición electrónica (eBook) en http://www.librosdecomunicacion.com.

"La gente se ha cansado
de la televisión rosa, quizá
porque tiene preocupaciones
más importantes"
-¿Por qué ha triunfado en estos últimos años el Discurso del Yo? En el libro comentan que en parte se debe a la irrupción de internet y las redes sociales. También vemos que hay mucha gente que vive sola y aislada y quizá sienta el deseo de comunicarse.
-Creemos que ese triunfo del discurso en torno al Yo puede ser debido fundamentalmente a internet. Pero también en medios tradicionales, como la televisión, están triunfando programas en los que los protagonistas son gente corriente, en los que se introduce la cámara casi hasta las entrañas de la vida de una persona, como en Mujeres ricas, en España, o en un programa sobre tatuadores, en Estados Unidos. Hacen programas sobre personas a las que, al final, terminan entronizando y acaban siendo famosas en sus países. Gran Hermano es uno de los programas que iniciaron esta corriente. Pero nosotros en el libro sobre todo hablamos de internet y de las redes sociales, a los que dedicamos la segunda parte del libro, porque han conseguido que los consumidores de productos y los espectadores en televisión hayan dejado de ser espectadores para ser generadores de contenidos. Se está dando un cambio de roles.




-¿Y esos productos mediáticos en torno al Yo son de buena o de mala calidad?
-Hay programas de televisión buenos y malos, y webs y blogs buenos y malos. Más que nada, este fenómeno del Yo ayuda a que gente corriente pueda ser generadora de contenidos; diluye la frontera entre lo amateur y lo profesional. Ahora mismo cualquier persona puede triunfar en televisión, cosa que antes no pasaba. Así, tenemos el blog Qué vida más triste o el videoblog de Isasaweis. Por otro lado, la TDT ha aumentado el número de canales, pero no tanto los contenidos. De hecho, a cualquier persona que le preguntes te dirá que hay muchos canales que no tiene sentido que estén ahí y que repiten muchas cosas. En internet, lo mismo: hay productos buenos y productos malos. Pero sí es verdad que este mayor número de canales de comunicación, que ha llegado con la irrupción de internet, ayuda a que más productos estén a la vista y a que gente que realiza productos audiovisuales o publicitarios, que antes no se podían ver, puedan llegar a más sitios, a todos los hogares si queremos.

-Por lo que dice, se han democratizado los medios de comunicación...
-Se han democratizado los contenidos, pero eso no quiere decir que sean de más calidad. Todo sigue igual, hay cosas de calidad y cosas que no merece la pena ni que se difundan.

-¿Este fenómeno ha llevado a una uniformización de contenidos? Por ejemplo, enciendes la televisión y en diferentes canales están poniendo programas parecidos. Hay muchos canales, pero no hay variedad.
-Eso ha funcionado siempre. Esto va por oleadas, son modas. Si nos remontamos a los 80 y los 90, triunfaban las telenovelas. Hubo una oleada de series españolas, con Farmacia de guardia o Médico de familia. Luego de repente dejaron de gustar y ahora vuelven a tener éxito. Las series americanas también tuvieron su época. Ahora están triunfando los concursos, que tuvieron su momento con las televisiones privadas en los 90, luego hubo una reducción y ahora vuelven a triunfar. Hay concursos que están ganando en prime time a series estadounidenses. Va por oleadas, y se uniformizan los contenidos, antes y ahora. Si Antena 3 triunfaba con un concurso o con una serie, Tele 5 también lanzaba un concurso o una serie. Ahora están triunfando las miniseries, las tv-movies, en cualquier cadena. Lo que funciona en una cadena lo copia otra. Y con la TDT todo esto es más exagerado, más ahora que estamos en crisis y las cadenas no pueden producir contenidos nuevos porque no hay dinero. Si TVE se plantea si puede seguir produciendo más capítulos de Águila Roja o de Cuéntame, imagina el resto de cadenas, sobre todo las más pequeñas.

-¿Y por qué ahora, de repente, triunfan los concursos?
-No sé el motivo, quizá porque la gente se ha cansado de la televisión rosa, los programas de cotilleos. Pienso que la gente tiene otras preocupaciones más gordas que famosos regodeándose en su propia fama. En uno de los capítulos, el escrito por mí (Reinados, audiencias y anonimatos. El egocentrismo en la programación televisiva en España), hablo de que los protagonistas de Sálvame son los colaboradores de Sálvame, que tienen una cláusula para contar su vida en el programa. Por un lado, nos entretienen, pero al mismo tiempo nos damos cuenta de que es una tontería. ¡Bastante tenemos nosotros con nuestros problemas!


"Algunos famosos utilizan
las redes sociales para
acercarse al mundo real
y otros de modo narcisista"

-Mencionan casos que no son puro narcisismo, que son positivos. Uno es El proyecto de la bruja de Blair, en el que los fans participaron con sus opiniones en el proceso de producción de una película. Y otros que dan la oportunidad a artistas para promocionar sus obras.
-Por un lado, una serie de personas utilizan las redes sociales para autopromocionarse. Por otro, otras las usan para un beneficio positivo en su trabajo: escritores que pueden publicar su novela gracias a Kindle, grupos de música que se promocionan a través de MySpace o gente que ha encontrado trabajo gracias a las redes sociales. Lourdes Martínez, en el capítulo Mis redes, mis seguidores y yo. Los personajes públicos como origen de la información noticiosa, habla de que gracias a las redes sociales famosos y deportistas pueden relacionarse con sus fans y sus hinchas, cuando antes era gente que estaba entronizada y que no conseguía llegar al público general. Algunas personas las están utilizando positivamente, para acercarse al mundo real, y otros de un modo narcisista. Cuando Andreu Buenafuente hizo un ERE en su productora, El Terrat, la gente corriente pudo preguntarle directamente a través de twitter cuáles eran sus motivos para llevarlo a cabo. Antes sólo los medios de comunicación habríamos tenido acceso a él y la gente corriente se hubiera limitado a comentarlo en su grupo cercano.

-Entonces, ha habido una inversión de los términos: los ciudadanos corrientes son menos anónimos y los famosos son más accesibles.
-Sí, antes si te gustaba el cine tenías que acercarte al Festival de San Sebastián o al que fuera para acceder a un actor. Ahora ese actor tiene cuenta en twitter. Los famosos encuentran en las redes sociales una buena manera de promocionarse y la gente corriente puede tener acceso a esas personas famosas. Es positivo, pero también negativo porque ahora puedes criticar más. Antes tenías que conformarte con hacerlo en familia. Te podía parecer mal la actitud de un famoso, pero no se lo podías decir.

-Uno de los fenómenos derivados es el periodismo ciudadano, ¿qué le parece?
-Que ahora cualquier ciudadano pueda ser reportero ocasional es positivo, porque contamos con imágenes a las que antes no teníamos acceso, como acontecimientos locales. Un incendio, por ejemplo. La persona va con su móvil, lo recoge y lo difunde. O acontecimientos más remotos o en lugares más inaccesibles por la censura o por cuestiones políticas, como es el caso de las revueltas en los países árabes. Los ciudadanos pueden acceder a sitios a los que los periodistas no pueden llegar.

-Positivo, pero están quitando el trabajo a los periodistas, ¿no cree?
-La calidad de las imágenes que pueda mandar un ciudadano anónimo no es la misma que pueda recoger un medio de comunicación. Además, estamos en una época en la que los medios de comunicación están limitando sus recursos: cada vez hay menos reporteros y menos corresponsales, porque salen caros, y esas imágenes pueden solucionar la papeleta sobre todo a medios con menos recursos a los que les vienen bien esas imágenes. No creo que elimine puestos de trabajos; las imágenes necesitan una explicación,  y esa explicación la dan los profesionales.

 "Gracias a las redes sociales,
la Generación Me todavía va
a durar unos cuantos años más"



-Como sigamos así, esto puede ser el fin de los medios de comunicación tradicionales...
-Cuando llegó la tele dijeron que la radio se acababa y cuando llegó internet que se acababa la tele, y aquí siguen, conviviendo. Yo pienso que hay sitio para todos. En muchos congresos de comunicación aparece esta discusión: si los medios digitales van a acabar con los medios tradicionales. Yo creo que no, al menos en esta generación, no. Tengo más dudas con la prensa escrita, porque hay menos gente que la compra. No es lo mismo comprar el periódico que ver la televisión, que la tienes en casa y basta con encenderla.

-Quizá todos estos cambios exigen una adaptación de los medios tradicionales, un cambio de discurso, de contenidos...
-Cuando surgió la prensa digital se contrapuso su inmediatez con  las ventajas de la prensa escrita: mayores argumentos, más fuentes consultadas y noticias más sesudas. La prensa tradicional quizá deba mejorar sus contenidos. Pero lo que sucede es que están bajando las ventas de prensa. Se juntan varios factores.

-¿Hasta cuándo va a durar la Generación Me? ¿Hasta cuando, en el caso de la televisión, seguiremos viendo Callejeros, Gran Hermano, Granjero busca esposa...? ¿Cuál va a ser el siguiente paso?
-Los programas de gente anónima van a seguir, porque nos vemos reflejados en esos programas y nos gusta que gente normal como nosotros salga en la televisión. En televisión tampoco podemos generalizar y hablar de Generación Me, porque hay gente egocéntrica como en Mujeres ricas, pero también hay otra gente normal que le gusta salir y que se vea su vida, pero que necesariamente no es narcisista. El cambio de generación no sé cuándo llegará porque no soy socióloga. Pero creo que esa generación, gracias a  las redes sociales, va a durar unos cuantos años.

-Ese discurso del Yo, del que también hablan en el libro, ha dado frutos positivos, no narcisistas, sino personalistas,  como algunas películas (José Luis Guerín, Manuel de Oliveira...)
-Hay que diferenciar entre la Generación Me y las teorías del Yo, que no tienen que girar en torno a la autopromoción, al autobombo y al narcisismo. En el cine existen una serie de experiencias positivas, como cineastas que crean sus obras en torno a su propia persona o a gente corrientes. Las nuevas tecnologías han permitido que la Teoría del Yo se engrandezca, está bien que los consumidores y los espectadores terminen siendo generadores de contenidos. No quiere decir que sean narcisistas, sino que tenemos la posibilidad de crear publicidad, programas, de triunfar en televisión y en internet y que la obra de algunas personas llegue a más gente. La sociedad puede llegarse a cansar de la gente que se mira mucho al ombligo, de ese narcisismo.