jueves, 12 de enero de 2012

Juan Cruz: “El periodista está siempre al borde de la dignidad y al borde de la corrupción”

[Entrevista con el periodista Juan Cruz sobre el libro de Balzac Monografía de la prensa parisina y sus conexiones con la actualidad, por Marta Frechilla.]

El reciente juicio por pagos fraudulentos que, supuestamente, realizó el ex presidente balear Jaume Matas devuelve a la actualidad las prácticas que, ya en el siglo XIX, criticaba Honoré de Balzac en su Monografía de la prensa parisina, traducida por primera vez al español y publicada en 2009 por la Editorial Comunicación Social. En esta entrevista, el periodista Juan Cruz reflexiona sobre los vicios de la prensa actual y las soluciones para acabar con ellos: aplicar la ética y las enseñanzas de los libros de estilo.

El periodista Juan Cruz (archivo de El País Digital).



-¿Encuentra paralelismos entre el periodismo en la época de Honoré de Balzac y el periodismo actual?
-El periodismo siempre ha estado alimentado por los mismos defectos. Como bien dice Balzac, el periodismo es el reflejo de la sociedad y, por tanto, se contamina de la sociedad. El periodista está siempre al borde de la dignidad y al borde de la corrupción.

-El juicio de Jaume Matas por el supuesto pago fraudulento al periodista Antonio Alemany por los discursos elaborados para el ex presidente balear ha sacado a la luz las prácticas periodísticas criticadas por el autor de ‘La comedia humana’.
-Antonio Alemany era el director de un periódico, el Diario de Mallorca, que era un periódico que los jóvenes periodistas leíamos en aquella época como reflejo de lo que podía ser considerado el buen periodismo. La política y la relación de este hombre con la política disminuyó sus defensas éticas hasta el mínimo. Llegó a ser la persona que le hacía los discursos al presidente balear y, por otro lado, también elogiaba esos mismos discursos, lo cual es una enorme metáfora de la degradación a la que podemos llegar los propios periodistas. Pero como el caso de Alemany, hay muchos casos en España y en el mundo.

-¿El propio Balzac representaba una doble moral porque criticaba los mismos vicios que luego él también ponía en práctica?
-El propio Balzac vivía de cerca los medios de comunicación, fue una fuente de noticias y también estaba contaminado.

-Balzac elogiaba en la Monografía de la prensa parisina el género del panfleto y decía que el “actual sistema político de Francia no resistiría tres panfletos”. ¿Harían falta tres panfletos, o alguno más, para mantener a raya los sistemas políticos actuales?
-Precisamente, Ignacio Sánchez Cámara publicaba recientemente un artículo en El País al respecto. En el mundo actual, tenemos un acceso mucho más fácil a los datos, con el que no contaban en la época de Balzac. Entonces, escribamos desde los datos. Hoy tenemos información, así que reflexionemos sobre argumentos, contrastemos lo que sabemos nosotros con lo que saben otros...

-Balzac no deja títere con cabeza en su libro. De todos los tipos de periodista, sólo salen bien parados cuatro o cinco, que -además- o bien habían desaparecido o estaban en vías de extinción. ¿Ocurre lo mismo en el periodismo actual o tiene más fe en la profesión que la que tenía Balzac entonces?
-Yo creo que tenemos el problema de que presentamos a los periodistas como profesionales ejemplares cuando no lo son. Escuchamos en algunas tertulias de radio a personas que dicen cosas que no han contrastado. Es un problema grave, porque la gente identifica el periodismo con esas personas que no son verdaderamente periodistas. Por ejemplo, Miguel Ángel Rodríguez, que fue portavoz en uno de los gobiernos de Aznar, llamó nazi a un médico por supuestas practicas ilegales. Pero ese adjetivo estaba sólo dedicado a elevar la audiencia de ese programa y de esa cadena. El periodismo está generando una enorme impunidad, lo que le da un aire panfletario o doctoral y la sensación en el público de que se le permite todo. El problema ahora requiere una medicina distinta a la que necesitaba el periodismo en la época de Balzac. Entonces había menos medios y existía la posibilidad de saber de dónde venían los insultos. Ahora hay más medios, esos insultos son anónimos y no sabes de dónde proceden.

-¿Y qué medicina propone para acabar con la corrupción de la prensa?
-La ética y el libro de estilo.

-¿Recomendaría este libro de Balzac a los estudiantes de periodismo?
-Yo sí lo recomendaría. De hecho, donde puedo, lo recomiendo. Te abre mucho los ojos sobre la caracteriología de los periodistas de aquella época y los muchos vicios que cometían. Los jóvenes tienen que equiparse para hacer frente a estas situaciones. En mi último libro, Contra el insulto, hablo de este asunto.

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